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martes, 3 de junio de 2014

DE LA ABDICACIÓN DEL REY

Hoy tocaba escribir sobre esto sí o sí aunque tenga el tiempo justo para escribir por los exámenes. La abdicación del Rey ha sido una sorpresa para todo el mundo. Y por favor no lo confundáis con la renuncia al trono porque es distinto. Una renuncia se produce cuando el heredero al trono, que aun no es Rey, cede el trono a otra persona, mientras que la abdicación consiste en la transmisión de los poderes reales por quien es en ese momento Rey o Reina. Por eso la abdicación del Rey no es ni una dimisión ni una renuncia.


Ya se esté a favor de la monarquía en España o se apoye la República nadie puede negar que el Rey fue uno de los grandes personajes de la transición democrática española (una etapa que muchos no hemos vivido) y que consiguió cambiar la situación política hacia una Democracia siempre desde la Ley y a través de la tolerancia, el respeto y el diálogo.
Por algo consiguió que partidos políticos anti-monárquicos  le apoyaran para acabar con la Dictadura y alcanzar la libertad de la que hoy gozamos. Una cosa es clara, que lo que hoy ha sucedido es enormemente importante y que no puede dejar a nadie indiferente.
Parece que la abdicación está de moda. Hace poco abdicó la Reina de Holanda y el Rey de Bélgica. También, aunque no es para nada una monarquía, la renuncia del Papa Benedicto XVI (en este caso se llama renuncia y no abdicación) puede levantar mayor curiosidad sobre el tema. Tal vez sea pura casualidad que se sucedan tantas abdicaciones seguidas, aunque también es posible que se deba a otras razones.

Creo que la decisión del Rey de abdicar es acertada (que fuera este el momento oportuno es ya otro tema), al igual que la abdicación en su hijo, el cual me parece realmente competente para desempeñar el cargo, ya que va a poder afrontar los grandes problemas  a resolver porque está preparado para ello y especialmente porque traerá un nuevo aire rejuvenecido a la Corona que espero se traslade a otras instituciones.

En cuanto a las impresiones que ha provocado  la abdicación, como era de esperar, ha ocasionado la rapidísima movilización de gente y algunos partidos políticos a favor de la instauración de la República, algo que es totalmente legítimo en democracia. Pero si nos vamos a la pregunta de si es mejor una Monarquía o República, sinceramente, creo que no importa el modelo de la Jefatura de Estado. A veces pienso que aquellos que reclaman el fin de la Corona lo hacen solamente por un sentimiento romántico revolucionario sin tener en cuenta si de verdad es necesario, al igual que quienes defienden la Monarquía contra viento y marea se basan en un parecer tradicionalista igual de irracional en ocasiones. Tener un Rey o no tenerlo no va a cambiar la situación económica. Tampoco una República debe asociarse con una mayor democracia. Solo hay que ver el ejemplo en los países de nuestro entorno. Ya nos gustaría tener el bienestar de Reinos como Noruega o Suecia. Por otro lado hay Repúblicas en un estado muy similar a España como Portugal, Italia o Grecia.
Como venía a decir el filósofo Aristóteles no importa el modelo político de una nación para el verdadero bienestar social. Un modelo puede ir bien o mal. Una Monarquía (también es cierto que esa Monarquía no es la misma que la Parlamentaria actual) puede convertirse en una Tiranía, al igual que una Aristocracia en Oligarquía o la Democracia en Demagogia. Lo importante es que el modelo, sea el que sea, funcione correctamente y resuelva los problemas del pueblo.

La defensa de un sistema monárquico o republicano debe verse desarrollada por la Historia del propio país junto a la opinión y sentir político de la ciudadanía. Pero como digo, el dilema Monarquía o República no va a solucionar la mayoría de problemas que nos preocupan. Trata más bien, como digo, sobre la Historia y el sentimiento nacional. Por otro lado, fuera de algún escándalo que también hubiera podido ocurrir en una República, la Monarquía en España ha conseguido alcanzar una Democracia que respeta las distintas opiniones políticas a través del diálogo y aun está por ver si el futuro Felipe VI podrá afrontar los problemas de la sociedad española de hoy en día, por lo que tampoco veo necesario reclamar ningún cambio si aun no sabemos si lo que viene ahora va a funcionar bien.

Además una reforma de la Constitución es algo que no se debe tomar a la ligera ya que por ser la norma suprema debe ser dotada de una grandísima estabilidad y en especial el modelo de Jefatura de Estado (y aun más si se trata de una Monarquía). Cuando la Constitución deba ser reformada tendrá que ser por las vías legales dispuestas para ello (estos cauces legales lo que buscan es evitar los bruscos cambios constitucionales auspiciados por conflictos y violencia como ha ocurrido ya numerosas veces en España en tiempos anteriores) y por el motivo de que apoye el cambio la inmensa mayoría de los españoles.

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