En torno a finales del siglo XVIII Thomas Malthus,
considerado uno de los primeros demógrafos, se hizo famoso por su estudio de la
sociedad humana con su Ensayo sobre el
principio de la población. Aquí realizó un pronóstico fácil de deducir: si
la población humana seguía creciendo progresivamente, se produciría lo que sus
predecesores lo han llamado como la Catástrofe malthusiana. En otras palabras,
llegaría un momento que las sociedades no serían capaces de mantener una igualdad en cuanto al ritmo de
crecimiento humano el ritmo de producción de alimentos, es decir, no habría
comida para tantas personas. A partir de ahí imaginaros toda la “catástrofe”
que podría desarrollarse.
Pero Malthus se equivocaba. Hoy por hoy no va a existir ese
problema. Al menos en España. Pero tampoco hay que pensar que el hombre hizo
malos cálculos. Lo cierto es que con los datos que contaba entonces era lógico
pronosticar aquello. Por ejemplo, la España de 1857 (primer censo moderno del
país) contaba con 15,5 millones de habitantes y hoy llegamos casi a los 47
millones. Pero parece ser que todo va a
cambiar.