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miércoles, 1 de octubre de 2014

DESARROLLO SOSTENIBLE: DE ALTERNATIVA A NECESIDAD

Esta semana algunos medios de comunicación publicaban las conclusiones a las que ha llegado un informe de la ONG ecologista WWF (World Wildlife Fund for Nature, o en español, Fondo Mundial para la Naturaleza).  En resumen todos los titulares coincidían en lo mismo. Tal y como vivimos hoy en día NECESITAMOS 1,5 PLANETAS COMO EL NUESTRO para satisfacer nuestras necesidades. Para los que se les den mal los números, esto quiere decir que tal y como vivimos hoy en día nos hace falta un planeta Tierra y otro medio más.
El significado de  todo esto es que consumimos los recursos de nuestro planeta sin darle tiempo a que se regeneren. En resumen, talamos más árboles de los que replantamos, extraemos más agua de los acuíferos de lo que son capaces de reponerse, emitimos más CO2 de lo que la atmósfera puede absorber…

Aunque hoy en día viva la mayoría de la humanidad y parece que seamos autosuficientes en un medio urbano es una sensación totalmente falsa. Absolutamente todo que necesita una ciudad se saca de la naturaleza. Y el medio ambiente no puede absorber tanto trajín.


El Informe Planeta Vivo 2014 emitido por WWF llega a esta sobre acogedora conclusión. Pero los resultados son peores aun. Si solo nos centráramos en las España, un español medio necesitaría 2,3 planetas tierras. ¡Necesitaríamos otro planeta más como el nuestro y aun así seguiríamos acabando con la biodiversidad! Y aquí no acaba la cosa porque seguro que todos os imagináis que hay países que consumen todavía más. Pues bien, a un estadounidense le haría falta un 3,9 planetas, a un belga 4,3 y a un qatarí la dramática cantidad de 4,8 planetas.  ¡Eso son un total de casi cinco planetas tierras!
Pero aquí no acaba la cosa. En tan solo 40 años, desde 1970, hemos sido capaces nosotros solitos de acabar con más de la mitad de la fauna salvaje (un 52% exactamente). La mayor pérdida de fauna es para los animales de agua dulce, donde tres cuartas partes han desaparecido. Aunque el peor dato de todos lo encontramos en Latinoamérica con un total de una pérdida del 83% de sus especies.

Pero vamos a dejarnos de números, porque de nada sirve conocer datos sino sabemos cuáles son sus causas. Es fácil hacerse una idea sobre el motivo de este aterrador hecho. Las principales causas son la explotación de las especies y pesca y caza excesiva y furtiva, la degradación de la tierra y el agua, la pérdida de hábitats y el cambio climático.
 
Principales problemas medio-ambientales. La franja roja denota su importancia actual.
Con motivo de esto último, el cambio climático, una de las principales consecuencias de estos horribles datos, en las Naciones Unidas se celebró una reunión especial sobre la Cumbre  del Clima, en vistas de solucionar el problema del cambio climático. Se espera conseguir un acuerdo y adoptar un Tratado en París para 2015.
El medio ambiente está en peligro y afrontar y acabar con el cambio climático es ya una necesidad. El presidente general de la ONU, Ban Ki-moon, afirmaba que “no estamos aquí para hablar”, el cambio climático “amenaza la paz, la prosperidad y los sueños de miles de millones de personas”. De entre nuestros representantes en esta Cumbre, Felipe VI pedía actuar contra el cambio climático porque “están en juego vidas humanas”.
Y yo no podría estar más de acuerdo con esta afirmación. A mi parecer, el cambio climático, y el resto de catástrofes naturales que puedan ocurrir por el mal trato que damos a la naturaleza, es ya la mayor amenaza para la humanidad, por encima, incluso del terrorismo o cosas semejantes.
Espero que estas reuniones no se queden en agua de borrajas y que todos los países se comprometan enormemente en esta lucha por la supervivencia de la humanidad, a diferencia de cómo ha ocurrido con otros acuerdos como el protocolo de Kioto, que muchos países importantes no firmaron o rechazaron y me refiero a EEUU y Canadá, aunque da igual porque los objetivos impuestos no se cumplen.

Pero la  mayoría de la gente piensa que este es un problema de los Estados y de las industrias, que no afecta la pequeña escala, o no está concienciada. Pero tal y como decía un spot publicitario, “el total es lo que cuenta”, y el total del conjunto de las familias y personas cuenta mucho.
Así que para acabar, y como me gusta escribir entradas instructivas para todos, os comento simples gestos que todos debemos realizar y que no cambian, o apenas casi nada, nuestro modo de vida.


1. Cambia las bombillas
Reemplazar una bombilla tradicional por una de bajo consumo ahorra más de 45 kilogramos de dióxido de carbono al año. Cierto que la segunda es más cara, pero resulta más económica a lo largo de su vida. Una sola de ellas puede reducir hasta 60 euros los gastos de electricidad, según la Comisión Europea.
2. Apaga la tele y el PC
Sólo con apagar la televisión, el DVD o el ordenador cuando no estén en uso evitarás que miles de kilos de CO2 salgan a la atmósfera. No dejes los aparatos eléctricos en stand-by (espera, la famosa lucecita roja): un televisor que permanece encendido durante tres horas al día (la media que los europeos ven la tele) y en stand-by las 21 horas restantes consumirá un 40 por ciento de la energía total en el modo de espera.
No dejes el cargador de tu móvil enchufado todo el tiempo, aunque no esté conectado al teléfono, porque seguirá consumiendo electricidad.
3. Conduce menos
Anda, monta en bicicleta, usa el transporte público. Ahorrarás 30 gramos de CO2 por cada 4,5 kilómetros que no conduzcas. Por cada litro de combustible que quema el motor de un coche, se libera una media de 2,5 kilos de CO2, según la Comisión Europea.
También se recomienda no correr con el coche: gastarás menos gasolina y emitirás menos CO2. Ir a más de 120 kilómetros por hora aumenta un 30 por ciento el consumo de combustible, frente a una velocidad de 80 kilómetros por hora.
4. Revisa los neumáticos
Si la presión de tus neumáticos baja 0,5 bares, tu coche consumirá un 2,5 por ciento más de combustible y, por tanto, liberará un 2,5 por ciento más de CO2. El ahorro de cuatro litros de gasolina evita la emisión de seis kilos de dióxido de carbono.
5. Recicla
Puedes ahorrar más de 730 kilos de CO2 al año al reciclar la mitad de la basura que se produce en casa.
6. Evita mucho embalaje
Escoge productos con poco envase: una botella de 1,5 litros genera menos residuos que tres de medio litro. En la compra usa bolsas reutilizables. Evita las toallitas húmedas y de papel. Puedes evitar la emisión de 1.100 kilos de CO2 si reduces tu basura un 10 por ciento.
7. Menos agua caliente
Es necesaria una gran cantidad de energía para calentar agua. Instala un regulador de caudal del agua en la ducha y evitarás la emisión de más de 100 kilos de dióxido de carbono al año.
Lava con agua fría o tibia y ahorrarás 150 kilos de CO2. Ahorras agua caliente y gastas cuatro veces menos energía si en vez de un baño te das una ducha. Cierra el grifo mientras te lavas los dientes. Asegúrate de que tus grifos no gotean: el goteo de uno puede hacer perder en un mes el agua suficiente para llenar una bañera.
8. Vigila los electrodomésticos
Tapar la cazuela mientras cocinas es un modo de ahorrar mucha energía. Aún mejor son las ollas a presión y las vaporeras, que ahorran un 70 por ciento de energía.
Usa la lavadora y el lavavajillas sólo cuando estén llenos. Si no lo están, usa programas económicos. No hace falta poner una temperatura alta, hoy los detergentes son eficaces incluso cuando es baja. Recuerda que si el frigorífico y el congelador están cerca de los fuegos o de la caldera, consumirán mucha más energía. Si éstos son viejos, descongélalos periódicamente. Los nuevos tienen ciclos automáticos de descongelación y son casi dos veces más eficientes. No pongas en la nevera alimentos calientes o templados; ahorrarás energía si dejas que se enfríen primero.

9. Ajusta el termostato
La oscilación de dos grados centígrados en invierno y en verano ahorra más de 600 kilos de dióxido de carbono por hogar en un solo año. Bajar la temperatura un grado puede reducir la factura de la calefacción entre un 5 y un 10 por ciento. Cuando ventiles tu casa, abre las ventanas unos minutos, no dejes escapar el calor mucho tiempo.
Si dejas una pequeña abertura todo el día, la energía necesaria para mantener el interior caliente durante seis meses de frío será de casi una tonelada de emisiones de CO2. Aísla bien tu casa. No abuses de los aparatos de aire acondicionado, consumen mucha energía y emiten unos 650 gramos de CO2. Y supone un coste en tu factura de 10 céntimos de euro por hora.

10. Planta un árbol

Un solo árbol absorbe una tonelada de dióxido de carbono durante toda su vida.

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