¿Quién no ha visto alguna película o
se ha imaginado la gloria de algún gladiador famoso e invicto que
mataba a sus enemigos con gran pericia en busca de fama o de alguna
venganza personal? Seguramente, la figura del gladiador ha sido una
de las más deformadas en toda la historia y todo ello, como tantas
otras cosas, se lo debemos a Hollywood. ¿Hasta que punto han llegado
las películas y el desconocimiento a cambiar lo que era la imagen de
un gladiador?
En la lista de las primeras mentiras, y
que más interiorizada está, es la de aquel momento en que el emperador
romano, dependiendo de si levantaba o bajaba el pulgar, perdonaba o
condenaba a muerte al perdedor (como si de un “like” de facebook
o youtube se tratase). Precisamente para condenar a muerte era al revés. Un pulgar hacia
arriba (pollice verso)
significaba, realmente, la muerte del perdedor, mientras que
se conservaría la vida en el caso de que se extienda el puño con el
pulgar oculto (pollice compresso favor iudicabatur).
Es muy
fácil de entender el por qué lo hacían así. Imaginaros que el
pulgar simboliza una espada y el resto de la mano la vaina que la
guarda. Un pulgar hacia arriba representaría una espada sacada de su
vaina que se entendería como un gesto de muerte. Sin embargo un puño
cerrado el cuál guarda al pulgar vendría a ser como una espada
envainada, o para un gladiador poder seguir viviendo.
¿Y
cuándo se empezó a pensar que en realidad la vida era el pulgar
hacia arriba y la muerte hacia abajo? El engaño se extendió mucho
a través de películas de gladiadores, especialmente la famosa
Gladiator, pero todo
comienza con un cuadro, del pintor francés Jean-León Gérôme,
titulado Pollice verso
de 1872.
Por
otro lado no siempre era el emperador el que decidía el fatal
destino del gladiador. A falta de este era el numerarious,
el que se encargaba de organizar el espectáculo.
Otra
imagen totalmente falsa es la de una vida dura y encaminada a morir
pronto. En cuanto a esto, primero hay que tener en mente que un
gladiador era una inversión y muy cara. Tal vez el ejemplo más
característico en el mundo de hoy en día sean los futbolistas. Los
juegos de gladiadores (o muneras)
era el gran espectáculo que entretenía a la ciudadanía romana. Por
supuesto había gente que se aprovechaba de esta oportunidad
económica y se dedicaba a entrenar gladiadores y a cuidarlos. Un
gladiador, además de un divertimento, era también una inversión y
como inversión debía cuidarse. Prácticamente eran considerados
como atletas y se entrenaban como tales. Recibían tres comidas
diarias con abundantes vegetales y también servicios médicos.
Además podían disfrutar de masajes y de baños en termas tras su
duro entrenamiento.
Una
escuela de gladiadores estaba muy estructurada y con varias personas
dedicadas a distintas tareas, desde el lanista (o propietario de
gladiadores) hasta médicos, guardias, contable, armeros, cocinero y,
por supuesto, un enterrador.
Por lo
que respecta a la numerosa mortandad que se deduce de las películas
también es errónea. No se debe olvidar que un gladiador era una
inversión y que aquel que decidiera sobre su vida o muerte se
cuidaría muy bien de respetar al lanista para que puediera seguir
produciendo espectáculos a la población romana. Espectáculos que,
por cierto, eran gratuitos.
Otro
embuste igualmente arraigado en el imaginario popular es la frase;
Ave, Cesar, los que van a morir te saludan (Ave, Caesar,
morituri te salutant). Si que es
cierto que probablemente esta frase se pronunció alguna vez en los
anfiteatros romanos, pero no por gladiadores. En todo caso la
pronunciaban los prisioneros condenador a combatir en una
representación naval (naumaquia) que se realizaba en el mismo circo.
Sobre esto imaginaros el Coliseo de Roma totalmente inundado y lleno
de barcos. Había mucha tecnología y arquitectura en los
anfiteatros, pero ese es otro tema.
Lo que
en realidad juraban los gladiadores era lo siguiente; uri,
vinciri,verberari,ferroque necari,
o dicho en cristiano, ser quemado, atado, golpeado y muerto a hierro.
En otras palabras juraban luchar hasta la muerte y si no se atenían
al castigo que el lanista estimara conveniente.
En lo
que respecta a quienes eran los gladiadores había dos tipos. Los
voluntarios en busca de fama y gloria, lo cual les facilitaría una
buena posición económica y además de que atraían muchísimo a las
mujeres romanas (pongo de ejemplo nuevamente a los futbolistas de
ahora) y por otro lado los prisioneros y esclavos. Incluso a veces
había criminales que debían luchar contra gladiadores totalmente
armados mientras que los condenados estaban desprotegidos y
desarmados.
No
está de más mencionar que había distintos tipos de gladiadores en
función de sus armas y armaduras. Por ejemplo algunos tipos eran los
samnitas, los mirmillones, los secutores y los reciarios (estos son
los famosos del tridente y la red), aunque había más.
Por
último, aun ha diferencia de lo que piensa la gente, había mujeres
gladiadoras, o como se les llamaban, gladiatrices. Hay hallazgos
arqueológicos que lo demuestran. Como la de la llamada Gladiatrix,
que encontraron sus restos en Southwark, Londres. De todas formas eso
no quiere decir que fueran muy discutidas e incluso en alguna ocasión
se les prohibieron luchar
Y para
acabar una última y pequeña curiosidad. El nombre “gladiador”
se debe a una espada que solían utilizar llamada “gladius”. Era
una espada corta y recta. También es la típica que utilizaba un
legionario romano. De todas maneras eso no quiere decir que fuera una
espada romana, en realidad es ibera, de ahí que el nombre completo
sea el de “gladius hispaniensis”. Otra espada ibera era la famosa
falcata, más empleada por el sur de la península. Sin embargo en
otras tribus iberas y celtiberas empleaban está gladius
hispaniensis. Los romanos vieron su efectividad durante las guerras
púnicas y decidieron adoptarla.
Habría
muchísimo más de que hablar pero si os habéis quedado con ganas de
saber más no os constará encontrar información por internet o
incluso podéis dejar un comentario.
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