Sin duda la noticia de estos últimos días ha sido el
referéndum realizado en Escocia. Una tierra que decidió si mantenerse en el
Reino Unido o separarse y formarse como una nueva nación. El resultado dio un “amplio” margen de
victoria, al menos si se leen los datos en relación a las previsiones
anteriores, a una Escocia que seguiría en el país anglosajón.
Sobre esto, en España no hemos podido soportar la tentación
de relacionar la cuestión de la independencia escocesa con la catalana. Tanto los de un lado como los del otro han
utilizado el argumento escocés como una oportunidad para dar validez a sus
argumentos. Los que están en contra de la separación de Cataluña acuden a los
resultados de la pasada votación y los que apoyan la existencia de un país
catalán reprochan al Gobierno la falta de comprensión con su causa ya que
podría permitir un referéndum, como ocurría en las islas la semana pasada.
¡Cómo nos gusta compararnos con los demás a los españoles!
Es muy fácil comprender cuáles son las razones por las que los políticos siguen
comparando a Escocia con Cataluña y por eso mismo deberíamos darnos cuenta de
que no tiene nada que ver un caso con el otro. Son simplemente argumentos
huecos para gente ignorante. Un pasado distinto, otras gentes, sentimientos
varios, una economía diferente, una política nada semejante, una tierra de otro
lugar… Cataluña no es Escocia.
Tampoco me mal interpretéis, no quiero decir que si se
celebrara un referéndum en Cataluña el resultado sería distinto. Simplemente
quiero explicar que no debemos aplicar
lo mismo a realidades muy diferentes.
A poco que profundicemos en la historia nos damos cuenta de
que Escocia si llego a ser un Reino independiente desde el año 858, hasta su
anexión con Reino Unido en 1707. Por otro lado, hasta esta fecha más o menos,
Cataluña tuvo un pasado muy distinto. Sobre el siglo IX no existía un conjunto
de territorios a los que pudiéramos llamar Cataluña, tal y como hoy entendemos
estas regiones. De entre todas estas tierras tal vez la que mayor importancia
tuvo fue el Condado de Barcelona, sin olvidarnos de otros como el Condado de
Urgell. Hay que recordar que un Condado
no era un territorio independiente y por aquel entonces el de Barcelona rendía
vasallaje a los francos. Pero a partir
de 1164, con el matrimonio entre Petronila de Aragón y Ramón Berenguer IV, se
anexionará y dependerá de la Corona de Aragón.
Más tarde, a pesar de la unión dinástica entre la Corona de
Aragón y el Reino de Castilla (hablamos de los Reyes Católicos), la Corona de
Aragón pervive como un territorio independiente, formado por el Reino de Aragón,
el Condado de Barcelona, el Reino de Valencia, etc. Y ya que hablamos de
Cataluña habría que comentar que en el siglo XIV se comienza a llamar a este
territorio como Principado de Cataluña.
Pero la Corona de Aragón se acaba en 1707, cuando la Guerra
de Sucesión española termina con la misma mediante los Decretos de Nueva
Planta. Este hecho histórico es el que trae a los Borbones a España y echa de
una patada a los Austrias. Y nuevos reyes trae nuevas políticas. La dinastía
Borbónica era marcadamente centralista y absolutista, lo que acabaría, sin duda, con el modelo foral
instaurado en la Corona de Aragón. Fue por ello que Cataluña, al igual que la
mayor parte de la Corona de Aragón, lucho en el bando austracista.
La ciudad de Barcelona soportó un sitio durante 14 meses,
hasta el 11 de septiembre de 1714. Por si
no os habéis dado cuenta esta es la fecha del famoso día de La Diada. Supuestamente debería conmemorarse la caída
de Barcelona o el recuerdo de los caídos en diga guerra, sin embargo, se ha ido
transformando y mitificando la Historia para pasar a ser el día de Cataluña,
como si hubieran luchado por la autodeterminación catalana, olvidando por lo que de verdad se peleó aquel
día.
Pero no solo Cataluña lucho contra la familia Borbón. Fue un
conflicto internacional de gran importancia para el resto de naciones europeas,
las cuales participaron. En España, a grandes rasgos, Castilla luchaba por los
borbones y la Corona de Aragón por los Austrias. Cada uno tenía sus propios
intereses y fue por estos mismos intereses (conservar las leyes que tanto les
beneficiaba en el caso de la Corona de Aragón, entre otros) por los que cada
uno peleó, incluyendo a Cataluña. No hubo ninguna reclamación independentista
durante la Guerra de Sucesión.
Nombro esto porque los independentistas catalanes han
cambiado la Historia y han convertido este hecho en algo totalmente diferente.
De una guerra por el trono español se pasó a creer que fue una batalla por la
independencia. Pero esta mentira no se formó aquel mismo día, sino cuando toma
fuerza la ideología independentista.
Volviendo a las diferencias entre Escocia y Cataluña ya he
nombrado que Escocia fue durante varios siglos un Reino independiente.
Mientras, Cataluña siempre ha estado ligada a España. Aunque es una España
difícil de comprender a lo largo de la Historia, no se puede negar que formó
parte de la Corona de Aragón, la cual se une dinásticamente con Castilla. Y van
sucediendo los años hasta el siglo XIX.
El siglo XIX es realmente importante para los movimientos
nacionalistas e independentistas en España e igualmente en el caso de Cataluña.
Es en este momento cuando toman fuerza las palabras sobre independencia, comienza
a tergiversarse la Historia y se empieza a ver la Diada como un intento fallido
de autodeterminación catalana. De hecho no se celebró la Diada hasta 1886.
Es más, a partir de este siglo comenzarán una sarta de
mentiras y así ha llegado hasta nuestros días conceptos inventados como los del
Reino de Cataluña, reyes catalanes, Corona cátalo-aragonesa, países catalanes y
un largo etc.
Sinceramente, pienso que, aunque sí que es cierto que hay un
sentimiento independentista bastante grande en Cataluña (aunque tampoco debemos
olvidarnos de la gente que piensa distinto), todo el movimiento y follón que
hay últimamente se debe a un intento por parte de Artur Mas de cubrir las
chapuzas y la mala situación de esta Comunidad Autónoma.
Además, si queremos comparar el proceso llevado a cabo en
Escocia pensemos si de verdad se habría realizado de forma tan civilizada en
España. No lo creo. Ya de primeras la Generalitat está dispuesta incluso a ir
en contra de la Constitución, la cual nos ha permitido una convivencia pacífica
y tolerante. Esta Constitución es la que
permite la existencia de Cataluña y la de su presidente, el cual sobre esto afirmó
que es el 129º presidente de la Generalitat. Tal vez sea cierto, pero no es el
129º presidente en una Cataluña libre amparada por esta misma Constitución.
La estrategia de Artur Mas de abocar por la independencia,
la cual no llevaba en su proyecto político durante las elecciones, está
encaminada a obtener aun mayor cantidad de votos, o al menos esa es mi opinión.
Aunque pienso que le está saliendo el tiro por la culata.
Pero pensemos que Cataluña se sometiera a referéndum de
manera legal. ¿De qué nación catalana estaríamos hablando? Faltan muchas cosas que
concretar y no hay ningún debate porque lo único que veo por parte del Gobierno
español es cerrazón. No hay propuestas, algo se debe hacer. Simplemente posar
en las fotos estrechando las manos con el presidente de la Generalitat por lo
políticamente correcto no es suficiente.
Pero peor me parece lo que hace la Generalitat. Solo odio
indiscriminado hacia España, una España que siempre la ha querido. Una España
compuesta por muchas culturas diferentes y que todas deben comprenderse. En
Escocia nunca se ha discutido esa realidad cultural diferente con el resto del
Reino Unido y tampoco parece que haya ninguna colisión entre esta cultura y el
Estado británico.
Ocurre que nadie cede. Ganar o morir parece ser el lema. Si Cataluña
no se independizará seguiría perviviendo ese odio irracional hacia España. Si consiguiera
la independencia, ¿qué ocurriría luego? No hay ningún proyecto real.
Siempre digo que, en mi caso, soy español porque soy
aragonés. En cuanto a Cataluña se es español porque se es catalán.
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